Esta magnífica estatua representa a un amonita y fue tallada a mano en piedra según antiguas técnicas en la isla de Java.

Los amonites fueron una de las criaturas más longevas del mundo, que vagaron por los océanos durante más de 350 millones de años. Su nombre se inspira en la forma espiral de sus caparazones, que se asemejan a cuernos o serpientes fuertemente enrollados.

Fueron ampliamente cazados, pero se alimentaron del miedo para progresar y desarrollarse a través del tiempo, convirtiéndose en algunos de los seres más emblemáticos de la Tierra. En la Europa medieval, se creía que las amonitas eran serpientes enroscadas petrificadas, y se las llamaba piedras de serpiente o snakestones, ya que se pensaba que tenían poderes curativos y eran un protector contra las mordeduras de serpiente.

Se cree que las amonitas refuerzan nuestra intuición y nos enseñan a escuchar nuestra voz interior de la razón, proporcionándonos orientación y liderazgo a lo largo de nuestra vida.